¿Cómo puedo encontrarme en medio de un
desierto de emociones? Mi camino ha perdido luz sin embargo, las lágrimas han
inundado todo alrededor... cuanta ironía, desde que te fuiste todo se ha
congelado, no solo el corazón, también las emociones exteriorizadas. Considero
que llorar frente a alguien es un pecado capital, pero ¿De qué pecado estoy
hablando? si el mayor pecado que guardo y me consume es la culpabilidad de tu
partida.
Aún veo la última sonrisa en tu rostro, siento la suavidad y calor de
tus manos; y también recuerdo tu último respiro en mi hombro. Enfrentar esa
ausencia me congela, me encierra en una celda interna donde debo lidiar con el
pecado, con la ausencia de no ser quién creías que era.
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