lunes, 7 de septiembre de 2020

Enfrentando ausencias

La ausencia de uno mismo llega a ser la más dificil de lidiar hasta que te toca enfrentar con una ausencia sin retorno. 

¿Cómo puedo encontrarme en medio de un desierto de emociones? Mi camino ha perdido luz sin embargo, las lágrimas han inundado todo alrededor... cuanta ironía, desde que te fuiste todo se ha congelado, no solo el corazón, también las emociones exteriorizadas. Considero que llorar frente a alguien es un pecado capital, pero ¿De qué pecado estoy hablando? si el mayor pecado que guardo y me consume es la culpabilidad de tu partida.

 Aún veo la última sonrisa en tu rostro, siento la suavidad y calor de tus manos; y también recuerdo tu último respiro en mi hombro. Enfrentar esa ausencia me congela, me encierra en una celda interna donde debo lidiar con el pecado, con la ausencia de no ser quién creías que era.

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